Si no se logra detener la tendencia actual, al menos 20 millones de niñas en la región se habrán casado para el año 2030. La ONU ha puesto en marcha un plan con cuatro frentes para detener un problema que frena el desarrollo personal de las niñas, principalmente las de estratos más pobres, las que viven en el campo o las que son indígenas.
América Latina y el Caribe es la única región del planeta en la que los matrimonios infantiles no han disminuido en la última década. Todavía en promedio un 25% de las mujeres jóvenes se han casado antes de los 18 mientras en otras zonas del mundo se han registrado disminuciones significativas.
“La tasa de reducción de matrimonios infantiles y uniones tempranas es la más lenta del mundo. Tenemos que acelerar los esfuerzos como unas doscientas veces más para alcanzar las metas de la Agenda de Desarrollo Sostenible de las Naciones Unidas”.
Abdool explicó durante una entrevista con Noticias ONU que, sin acciones e inversiones aceleradas, la región ocupará el segundo puesto más alto en la lista de matrimonio infantil para 2030, por detrás de África subsahariana, y por delante de Asia meridional, una región que tradicionalmente ha liderado las estadísticas de este flagelo.
“Hay un silencio, un silencio político, un silencio social que está cambiando poco a poco pero que realmente no es un tema que se habla, que se discuta y que se debata en la región, y la región tampoco está reflejada en debates globales. Es casi como si imagináramos que el matrimonio infantil y las uniones tempranas están afectando solamente a otras regiones, pero no a las niñas de América Latina y el Caribe”, dice.