El debate público sobre los problemas asociados a la migración ha oscurecido la inmensa contribución de los migrantes a la sociedad. Pero la migración es una realidad imparable ante la cual, la ONU recomienda un nuevo enfoque para maximizar las oportunidades que ofrece, en lugar de imponer restricciones poco realistas.
Hoy hay 258 millones de migrantes en todo el mundo: un 48% más que en el año 2000. El cambio climático, el crecimiento de población y las crisis económicas probablemente harán aumentar estos niveles, con un mayor riesgo de movimientos masivos de personas en situación vulnerable.
Ante esa realidad, los estados miembros de la ONU han comenzado a negociar un Parto Mundial para la Migración Segura, Ordenada y Regular, que se tiene que adoptar en diciembre de 2018.
“La gestión de la migración es uno de los factores que, en el momento actual, ponen a prueba con mayor urgencia y repercusión la cooperación internacional,” dice António Guterres en el informe “Conseguir que la migración funcione para todos”. Ese documento es la contribución del Secretario General de la ONU al proceso, ofreciendo su visión para una cooperación internacional constructiva.
El informe resalta que hay numerosas pruebas de que, a pesar de los restos, la migración es beneficiosa tanto para los migrantes como para las comunidades de acogida en términos económicos y sociales. Por ello, advierte de que la “narrativa política xenófoba está muy extendida hoy” y pide a los gobiernos que no permita que esto distorsione sus políticas.
Los migrantes representan un 4,4% de la fuerza laboral global. Pero según el Instituto McKinsey, contribuyeron a un 9,5% del PIB en 2015, con 6,7 billones de dólares. Eso es 3 billones más de lo que habrían producido en sus países de origen, beneficiando así las economías de acogida. Además, los migrantes gastan un 85% de lo que ganan en el país en el que viven y pagan impuestos. El 15% restante, lo envían a su lugar de origen. En 2017, las remesas alcanzaron 600.000 millones de dólares, lo que equivale a tres veces la cantidad de ayuda al desarrollo.
La migración favorece el empoderamiento de las mujeres y la igualdad. Un 49% de los migrantes son mujeres y de ellas dos tercios trabajan, frente al 50% de las mujeres en todo el mundo.
El informe reconoce que, aunque el impacto de la migración generalmente es positivo, una llegada masiva de migrantes puede tener un efecto desestabilizador en los mercados de trabajo locales a corto plazo si no están regulados correctamente. Además, los países de origen pueden tener dificultades en suplantar a los trabajadores cualificados que se marchan.
Los beneficios a largo plazo de la migración superan estos retos con el tiempo, pero los malentendidos sobre sus efectos pueden alimentar tensiones sociales y narrativas políticas negativas. Esos discursos a menudo están basados en creencias falsas. Por ejemplo, presentan a los migrantes como una amenaza de seguridad, cuando las estadísticas demuestran que tienen menos posibilidades de estar involucrados en un crimen que la población local.
El informe sin embargo recomienda no ignorar las “percepciones y preocupaciones” de las comunidades de acogida que culpa a la migración de sus problemas. Hay que abordar las vulnerabilidades y miedos de los ciudadanos y explicar porqué su percepción es incorrecta.
En primer lugar, los migrantes no suelen ocupar los mismos trabajos que la población local. En lugar de eso, estimulando la actividad económica y la demanda de trabajo crean más empleos y mejor cualificados para otros.
Una inmensa mayoría de los 258 millones de migrantes se mueven y trabajan de forma legal, pero hay decenas de millones que están en situación irregular.
La migración irregular suele responder a presiones económicas y legislaciones deficientes. Cuando un país pone muchos obstáculos para la migración regular, crean incentivos para que las empresas y los trabajadores extranjeros se salten las reglas, sobre todo en puestos poco cualificados y la economía informal. Otros países permiten la entrada de sus trabajadores, pero no de sus familias, crenado incentivos para desobedecer.
Más de 20.000 migrantes y refugiados han muerto, desde 2014, en su intento por llegar a un lugar seguro y digno.
Muchos inmigrantes se enfrentan a barreas económicas y sociales y no pueden alcanzar su potencial por obstáculos legales, políticas laborales ineficaces y, en ocasiones, la violación de sus derechos.
En trabajos poco cualificados muchos migrantes trabajan en condiciones muy duras. Hay casi 6 millones de migrantes en trabajos forzados, casi una cuarta parte del total.
Muchos son excluidos de los programas sociales tanto en los países de acogida como en los de origen y no pueden llevarse con ellos los beneficios conseguidos cuando trabajaban si regresan a su lugar de origen.
El informe asegura que “el principal reto” al que se enfrentan los estados miembros de la ONU es “aumentar las oportunidades que la migración nos ofrece a todos”, en lugar de poner restricciones “poco realistas” a los migrantes.
Para ello recomienda una serie de medidas.
– Crear más vías legales para que los migrantes puedan trabajar, estudiar y reunirse con sus familias, reduciendo los incentivos para migrar irregularmente
– Evitar las políticas draconianas que violan los derechos humanos para detener a migrantes
– Abrir los servicios de salud, educación a todos los migrantes, independientemente de su estatus legal
– Otorgar permisos temporales para formalizar su estatus
– Ofrecer vías para lograr la residencia permanente o la ciudadanía basados en lazos familiares o consideraciones humanitarias
Qué es pacto Global de Migración
El Pacto Global para una Migración Ordenada, Segura y Regular, que se firmará en 2018, no impone obligaciones legales a los gobiernos, pero la comunidad internacional se compromete a cumplirlo.
Los gobiernos no pueden gestionar todas las dimensiones de la migración de forma unilateral y por eso, el informe pide que trabajen juntos.
Los estados miembros reconocieron esta realidad en el Objetivo de Desarrollo Sostenible (ODS) 10, que enfatiza la importancia de una migración bien gestionada para lograr los ODS.
El sistema de la ONU puede hacer más para apoyar esta cooperación internacional y a través de su presencia sobre el terreno. El Secretario General quiere que el trabajo de la ONU en esta área sea menos fragmentado y más eficaz y recomienda que la Organización Internacional para las Migraciones coordine y lidere la política de la organización.