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LAS TABACALERAS ESTÁN QUEMANDO NUESTRO MEDIOAMBIENTE

El tabaco mata. Al reflexionar sobre esta evidencia relacionamos automáticamente el consumo de tabaco como un peligro para la salud pública, pero raramente pensamos en el consumo de este producto como una amenaza al medio ambiente y al desarrollo sostenible.

La Secretaría del Convenio Marco de la Organización Mundial de la Salud para el Control del Tabaco se ha propuesto rellenar ese vacío y acaba de presentar un informe en Ginebra donde advierte de las negativas causas que el tabaquismo produce a los ecosistemas y al progreso sustentable. La presentación tuvo lugar en el marco de la octava sesión de la Conferencia de las Partes.

El estudio presenta datos sorprendentes como, por ejemplo, que una persona que fuma una cajetilla de 20 cigarrillos al día durante 50 años es responsable del consumo de 1,4 millones de litros de agua.

O como nos cuenta Rodrigo Santos Feijo, Oficial técnico de la Secretaría: “En un año un fumador contribuye casi cinco veces más al agotamiento del agua, casi dos y diez veces más al agotamiento de combustibles fósiles que el consumidor medio de carne roja y el de azúcar, respectivamente; y cuatro veces más al cambio climático que un consumidor de azúcar”.

Destrucción del medioambiente

El informe indica que la producción del tabaco está directamente ligada con la deforestación, la contaminación del agua por uso de pesticidas y la acidificación de los suelos, entre otras causas. Feijo nos explicó las dos causas principales de la deforestación.

“Una es que para tener el espacio suficiente para cultivar el tabaco se necesita ’limpiar’ el campo y se han de arrancar árboles para llevar a cabo esta tarea. La otra es que para producir tabaco, su hoja necesita de un proceso de secado que normalmente se hace a través de (la quema de) madera o carbón contribuyendo a la emisión de gases de efecto invernadero y la deforestación”.

La respuesta a estos problemas es aplicar el Convenio Marco, un tratado que cubre a más del 90% de la población mundial, según apuntó la Dra. Vera Luiza da Costa e Silva, Jefa de la Secretaría.

 

El cultivo se concentra en nueve países en desarrollo

Si cambiamos de óptica y nos trasladamos al ámbito nacional vemos un enorme desequilibrio entre países productores. De los diez principales países fabricantes de tabaco, que concentran el 90% del cultivo, nueve están en desarrollo y, entre estos, cuatro son naciones de bajos ingresos con déficits alimentarios como es el caso de la India, Zimbabwe, Pakistán y Malawi.

Feijo nos comenta que uno de los problemas que genera esta situación es que el cultivo de la planta se produce en los países en desarrollo, pero que en realidad las compañías de tabaco son transnacionales y tienen sus sedes en países desarrollados que es donde van a parar todos los beneficios.

El dr. Nicholas Hopkinson, coautor del informe, definió el comportamiento de las empresas multinacionales tabacaleras de estar “literal y metafóricamente quemando los recursos y el futuro de las personas más vulnerables de nuestro planeta”.

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