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LAS REMESAS FAMILIARES, UNA CONTRIBUCIÓN QUE SUPERA LA AYUDA AL DESARROLLO

Una de cada siete personas en el mundo, cerca de mil millones, participa en las remesas familiares, ya sea como remitentes o receptores del dinero. El Día Internacional sobre Remesas Familiares se celebró en el mes junio y sirvió para reconocer cómo los trabajadores migrantes ayudan a sus comunidades, promoviendo también el progreso social y económico de sus países de origen.

Los emigrantes envían paquetes de entre doscientos y trescientos dólares varias veces al año y, por pequeñas que puedan parecer estas sumas, constituyen más de la mitad de los ingresos de sus familias. La mayor parte del dinero se emplea para cubrir los gastos sanitarios, educativos y del hogar y, en períodos de crisis, permite hacer frente a las pérdidas de cultivos o emergencias familiares.

El año pasado, unos doscientos millones de emigrantes enviaron 481.000 millones de dólares a sus hogares, 466.000 de los cuales se destinaron a países en desarrollo. Esta cantidad triplica los recursos dedicados a la ayuda oficial para el desarrollo y se estima que apoya a 800 millones de personas en el mundo.

La Asamblea General aprobó este martes una resolución para crear el Día Internacional sobre Remesas Familiares, que sirve, por una parte, para conmemorar la contribución de estos trabajadores al desarrollo de sus países de origen y, por otra, para promover que otras entidades faciliten que los flujos continúen.

“Proporciona una oportunidad para unirnos como una comunidad global para reconocer los esfuerzos de los millones de migrantes que utilizan las remesas para mejorar las vidas de sus familias y crear un futuro de esperanza para sus hijos”, declaró Teodoro L. Locsin Jr., Representante Permanente de Filipinas ante las Naciones Unidas.

El desarrollo sostenible de los países

El 25 % del dinero, cerca de 100.000 millones de dólares anuales, se ahorra o se invierte en actividades que generan ingresos y empleo, transformando las economías, especialmente en las zonas rurales.

De esta manera, los flujos monetarios proporcionan a las familias rurales más oportunidades económicas. De hecho, se estima que, en los últimos cinco años, las contribuciones han alcanzado el billón de dólares en el campo.

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