«Toleré la injusticia, la violencia y los insultos de su padre, y esperaba con impaciencia que se convirtiera en un hombre joven, para protegerme, pero me golpeaba a su vez, me tiraba el pelo, y tenía solo 13 años». La madre dice eso, en un estado de sorpresa y decepción. Su hijo, Eli, le prometió, desde sus primeros años, estar a su lado, apoyarla y compensar su dolor. Está desesperada y miserable, y se pregunta: «¿Qué podría hacer más para mi hijo? Toleré la dificultad de la vida con su padre, esperando la tranquilidad cuando será un hombre, y él lo sabe bien», » Hace como su padre. No debía hacer sacrificios para él. Y ahora, ¿qué voy a hacer?»
El espectro de la violencia doméstica todavía se cierne sobre no pocas casas libanesas, mientras se mantiene la negación de su existencia y se esconde detrás de las paredes. Los fenómenos sociales gobiernan las almas y las cabezas.
La violencia familiar no se limita a la pareja, sino que se extiende más allá a los niños, padres y vecinos, y luego a la gran familia, a la escuela, a las empresas e instituciones donde trabajan hombres y mujeres, y luego a la sociedad en general. Entonces, si hablamos de una familia, ¿qué tal este invitado engañoso dentro de nuestras familias y cómo nos afecta a todos?
La violencia no siempre es física, la agresión puede ser verbal o moral. Hay gente que agraza psicológicamente, y otros agrazan sexualmente, y no están mejor para la explotación, la presión psicológica y la intimidación. La amenaza y el abuso de reputación son violencia moral, además del abuso verbal y los insulto. Nuestro silencio sobre los niños sometidos a violencia doméstica o testigos de ella es un crimen en su contra, por el cual les quitamos su alegría, espontaneidad y amor por la vida. Enumeraremos algunas de las consecuencias de la violencia doméstica en los niños:
- Los niños que han sido víctimas de violencia llevan la antorcha por generaciones, imitando a sus padres en el presente con hermanos y camaradas, y en el futuro con compañeros, niños y otras personas que practican todas las formas de violencia, con odio, agresión y actitud negativa sobre las cosas y las personas.
- Falta de autoconfianza e inseguridad.
- Depresión, ansiedad, miedo, aislamiento, introversión.
- Debilidad en habilidades psicológicas y habilidades mentales, una disminución en la performance académica.
- Dificultad para comunicarse con los demás, violencia, problemas relacionales.
- Rompe y destrucción de juegos y posesiones.
- Daño de su mismo y de los otros.
- Desviación sexual.
- Drogadicción, alcohol, fumar cigarrillos.
- Escape de casa, vagabundo, robo.
- Recurso a malos compañeros, unirse a pandillas y grupos corruptos, lejos de los valores.
¿Cómo proteger a nuestros niños del impacto de la violencia doméstica?
Cuando los niños son testigos de violencia, se vuelve difícil protegerlos del efectos negativos, pero es nuestra responsabilidad como padres, madres y padres tratar y superar las causas de la violencia; sino, alejarnos completamente del responsable de la violencia, incluso si el esposo o la esposa.
Es muy importante admitir al niño que la violencia es inaceptable, cualquier que sea su practicador, y que todos tenemos derecho a la autodefensa, y que no está obligado a obedecerla por temor a la sociedad. A menudo, escuchamos hablar de mujeres sometidas a violencia conyugal durante muchos años, que mantienen eso en secreto para evitar el escándalo y la desintegración familiar. Para cada una de estas señoras digo:
Usted tiene todo el derecho a vivir en dignidad y respeto con su familia y sus hijos en particular, y quien se quede silencio sobre la agresión de derechos es un diablo silencioso, Señora. Hoy es su responsabilidad protegerse y proteger a sus hijos. No guardes silencio sobre la injusticia, los golpes y el desprecio, y no acostumbre a sus queridos hijos a esas cosas, así que los evitaré los daños físicos, psicológicos y sociales que mencionamos antes. Busque la causa, el motivo de la violencia doméstica, desempeñe su papel como socio en el juego, no rómpete. Eso no es un llamado a enfrentar la violencia con violencia, pero a adoptar los principios del diálogo y el arte de escuchar, de entender al otro, y a hacer recurso a especialistas para ayudarlo a usted y a su pareja a evitar la violencia.
Socialmente, hay que señalar la necesidad de sensibilizar contra la violencia, en un entorno donde todo el mundo sufre de estrés psicológico, social y económico. Es también aconsejable procurar a desempeñar la ira, la agresión y la irritabilidad haciendo actividades deportivas, recurriendo al abrazo de la naturaleza, relajeando, escuchando música relajante… y lo más importante es buscar la ayuda de los médicos y terapeutas para superar ataques de ira y de violencia, y la necesidad de someter a los niños que han estado expuestos a la misma y fueron testigos de ella, a sesiones de psicoterapia.
Lo que sufren de condiciones estresantes en todos los niveles, no justifica la convivencia con nuestra aceptación de la violencia, la ira y la agresión, que es el sentido básico de seguridad y estabilidad, las necesidades humanas, y esto es un derecho para todos.