La Agencia de la ONU para los Refugiados (ACNUR) vio con buenos ojos la reapertura de la frontera brasileña en Roraima, por la que miles de migrantes venezolanos cruzan diariamente para escapar a la crisis que azota al país sudamericano.
Azuzado por la migración masiva de venezolanos internándose a su territorio, el estado brasilero de Roraima cerró brevemente su frontera norte para impedir el paso de más migrantes venezolanos hasta que aquellos que ya se encontraban dentro fueran trasladados a otros lugares del país. Sin embargo, horas más tarde un magistrado del Tribunal Supremo brasileño revocó el fallo y reabrió la frontera.
Unos 117,000 venezolanos han pedido asilo este año, una cantidad mayor que en todo 2017, informó el martes ACNUR.
Más venezolanos
En Ginebra, Spindler agregó que cientos de venezolanos cruzan al norte del estado brasileño de Roraima, cerca de la ciudad de Pacaraima, todos los días en busca de seguridad.
Más de 200 venezolanos no pudieron finalizar su registro de inmigración durante el breve cierre de la frontera el lunes, pero no fueron deportados y no se produjeron retrocesos, según la agencia de la ONU.
Actualmente, Brasil alberga a más de 32,700 solicitantes de asilo venezolanos; otros 25,000 tienen permitido legalmente quedarse en el país, ya que tienen permiso de trabajo o residencia.
Esta situación se produce en medio de informes de escasez generalizada de alimentos y medicinas, inflación en aumento, disturbios políticos y violencia en Venezuela.