A pesar de los prejuicios de las sociedades más longevas, la juventud del mundo representa una pieza clave para el desarrollo sostenible de la humanidad y debe ser vista como tal.
En la Agenda 2030 para el Desarrollo Sostenible (ODS), los jóvenes están llamados a ser actores esenciales en el logro de cada uno de los objetivos, pues mantienen una enorme capacidad para producir un cambio personales, en las comunidades y el mundo entero.
Representantes del Fondo para los ODS de las Naciones Unidas aseguran que han comprobado de primera mano cómo los jóvenes son capaces de liderar cambios positivos, poner fin a la pobreza, proteger el planeta y garantizar que todas las personas gocen de paz y prosperidad.
El Fondo también ha señalado que las organizaciones lideradas por la juventud aportan enfoques innovadores muy valiosos, así como soluciones novedosas para la implementación de los 17 ODS.
Uno de los objetivos para el Desarrollo Sostenible 2030 es la erradicación de la pobreza. En el mundo existen 500 millones de jóvenes que son pobres, 71 millones en todo el mundo no encuentran trabajo y 124 millones de chicos y chicas que no van al colegio, según datos de la Unesco.
En los países de bajos ingresos, existe un gran número de jóvenes se ven abocados a empleos informales, mal pagados y fuera de la protección de la ley.
En América Latina y el Caribe el 20% de la población está representada por jóvenes de 15 a 24 años. Pero otras estadísticas no son alentadoras, pues en el subcontinente 35 millones de jóvenes nunca han ido a la escuela, el 39% vive en la pobreza y el 25% está sin empleo.