المجلس العالمي للتسامح والسلام

La inercia de los niños

Dr. Antoine Al-Chartouni

Algunos niños sufren de falta de dinamismo, y se contenten de comer, beber y ver la tele sin hacer nada más. Y, durante las vacaciones, no se despierten ante mediodía, y cuando los padres sugieren alguna actividad, la respuesta es siempre la misma: « No quiero hacer nada. ¡Solo quiero quedarme acostado y ver la tele! » Entonces, ¿Qué es la inercia de los niños? ¿Qué son las causas? ¿Y cómo pueden los padres tratar con su niño inerte?

Todos los niños no son los mismos: Algunos son hiperactivos y otros son inertes. Sentirse inerte de vez en cuando es normal, pero cuando el niño es siempre inerte, debemos conocer las causas. Notamos de los signos de la inercia psicología: la falta de movimiento, el pensamiento lento, la incapacidad a concentrarse, el sueño excesivo, la indiferencia… hasta la aislamiento social.

La inercia y sus tipos

La psicología clínica explica la inercia del niño como un reflejo natural del estado de su entorno. De hecho, el niño no nace inerte, pero se vuelve inerte debido a las experiencias, o a su entorno.
Hay muchos tipos de inercia, y podemos determinarlos como el siguiente:
– La inercia psicológica caracterizada por la indiferencia. Esta inercia resulta de la práctica de actividades rutinarias y repetitivas.
– La inercia clínica de algunos órganos del cuerpo humano, cuando encontramos deficiencia en un órgano específico en el cuerpo, lo que causa una inercia general, además de problemas en los nervios de la cabeza y en las glándulas en el cuerpo, afectando la apariencia de la inercia.
– La inercia resultada de factores climáticos, como el calor por ejemplo.

Las causas de la inercia

Hay muchísimas causas de la apariencia de la inercia, y podemos limitarlas a los puntos siguientes:
Primero, los padres que no alientan sus niños a hacer ningún movimiento, y los dejan sentarse todo el día, haciendo nada más que ver la tele y jugar videojuegos, los dañan en el nivel de la salud y del intelectual.
Segundo, muchas estudias han afirmado que los niños a una edad específica (de 8 a 12) no le gustan hacer deporte. Por eso, esta edad se caracteriza por la inercia y la indiferencia. El papel de los educadores en las escuelas es intensificar las horas de deporte y diversificar los tipos de actividades.
Tercero, la imagen de los padres es muy importante para el niño que imita generalmente los demás. Entonces, si uno de los padres es inerte y sedentario, el niño lo será también. Es que los padres deben ser modelos buenos a su niño.

Cuartero, el papel de la hermana o del hermano. Si esos pasan todo su tiempo a mirar series de televisión, jugar videojuegos y hablar en el teléfono, el niño imitará al comportamiento de su hermana o hermano. Y esos comportamientos que los hace todo el tiempo se convierten con el tiempo en parte integrante de su personalidad.

¿Cuál es la cura para la inercia de los niños?

Cuando los padres se dan cuenta que su niño es inerte, deben ante todo excluir las causas patológicas para asegurarse que el niño no sufre de problemas fisiológicos que pueden afectar a su dinamismo. Se debe examinar al niño periódicamente, y consultar a un médico especializado, para asegurarse que el niño no tiene ninguna enferma orgánica o psicológica que puede afectar a su dinamismo. Y después de asegurarse de la buena salud del niño, los padres pueden seguir algunas de las siguientes directivas:

1- Organizar el tiempo del niño, y ayudarlo a dividir sus deberes, y a determinar sus prioridades.
2- Hacer deporte, porque las actividades físicas de forma regular mejora el estado del cuerpo, y ayuda a alejar el niño de la inercia.
3- No decir al niño palabras males debido a sus comportamientos inertes, pero hacer que él participa a todas las tareas cotidianas, incluso las más simples (como arreglar su cama, aún si no lo hace perfectamente).
4- Mostrar al niño los beneficios de aplicar la prioridades, y recompensarle si lo hace como debe. Además, los padres deben alentar el sentido de responsabilidad del niño, pidiendo su asistencia regularmente, según sus capacidades físicas y mentales.
5- Hablar al niño sobre actividades que le interesan, y que puede practicar. En ese contexto, el padre puede alentar a su hijo elegir una actividad para hacerla juntos.
6- Comer juntos, discutir de un programa televisado, y determinar las tareas, deberes y responsabilidades de cada miembro de la familia ayudan al niño a alejarse de la inercia, y promueve el sentido de responsabilidad del niño inerte.
7- Discutir con el niño el tiempo que le llevó para cumplir su tarea, y explicarle la importancia del tiempo, porque algunos niños no entienden bien el concepto del tiempo.
8- Determinar las horas de ver la tele, utilizar el internet y jugar videojuegos, porque esas actividades pueden causar la inercia física y la pereza mental.
9- Es también importante establecer algunas reglas y limitas, además de permitir al niño tomar a veces sus propias decisiones, y alentarlo a hacerlo.

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