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LA DESIGUALDAD EN LOS SALARIOS ES UN ROBO A LAS MUJERES

La directora ejecutiva de ONU Mujeres participó de una importante cumbre en Argentina e inauguró la nueva sede de la agencia en ese país. Desde ahí envió un fuerte mensaje a las mujeres y a los Gobiernos latinoamericanos: la igualdad de género requiere de toda nuestra atención.

«Me encantaría escuchar a mi nieto decir en 2030: Abuela antes a las mujeres les pagaban un salario inferior, ¿cómo pudo pasar eso?”, dijo la jefa de ONU Mujeres, Phumzile Mlambo-Ngcuka, durante uno de los paneles más importantes de la W20, la cumbre de mujeres alternativa al G20, que se celebra en Buenos Aires esta semana.

La reunión discute hasta este miércoles la inclusión laboral, digital y financiera de las mujeres, así como el desarrollo de las mujeres rurales y en ella participan una red trasnacional de organizaciones de empresarias y expertas.

Mlambo-Ngcuka fue una de las 50 delegadas de todo el mundo presentes durante la entrega de una lista de recomendaciones al presidente argentino Mauricio Macri, y se reunió con su canciller, Jorge Faurie, para discutir sobre la igualdad de género, los derechos de las mujeres y los desafíos emergentes de la región.

“Es evidente que hay muchos avances en Argentina (…) pero la cuestión de la violencia a las mujeres, específicamente el feminicidio, continúa siendo un gran problema. Definitivamente esto necesita una atención específica y me alegra ver que el Gobierno quiera ver un gran cambio”, dijo en una entrevista con el Centro de Información de la ONU en ese país.

La jefa de ONU Mujeres también habló sobre los derechos humanos, asegurando que a pesar de que todos los países tengan una cultura diferente, los derechos de las mujeres deben ser iguales en todas partes.

 

“Ninguna mujer debe estar expuesta a la violencia doméstica o al acoso sexual solo porque se trata de un contexto cultural diferente, porque el dolor de todas las mujeres es el mismo. Tenemos que luchar para acabar con esta ‘diferenciación en los derechos’ que da la impresión de que las mujeres tienen una tolerancia más alta al maltrato en ciertos países. Ninguna mujer merece ser tratada injustamente, una sola mujer maltratada ya es demasiado”, afirmó.

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