A pesar de una nueva erupción que causó una orden de evacuación, una misión de evaluación de la ONU con más de 50 trabajadores ha logrado visitar los albergues en Escuintla y Sacatepéquez y se encuentra trabajando sin parar para consolidar los suministros para un posible llamado humanitario
“En cada cuadra uno se encuentra personas llorando desconsoladas porque lo han perdido todo, pero es importante reconocer la fuerza de la ciudadanía que ha atendido esta crisis porque la ayuda sí ha llegado”, cuenta Luisa Fernanda Zelada, técnica de comunicaciones del Programa de la ONU para el Desarrollo (PNUD), quien hizo parte de una misión de evaluación preliminar de los daños y las necesidades humanitarias en las áreas afectadas por la explosión del Volcán de Fuego en Guatemala.
De la mano de la Coordinadora Nacional para la Reducción de Desastres (CONRED), alrededor de 50 trabajadores de la ONU y sus agencias, se desplegaron el martes hacia los departamentos de Escuintla y Sacatepéquez donde las autoridades han instalado 13 albergues para los damnificados por la erupción del pasado domingo, que afectó a más de un millón y medio de personas.
“El objetivo que perseguía la misión era visitar albergues y comunidades para hacer una evaluación. Era una misión bastante fuerte”, explica Odeth Alvarado, analista de comunicaciones del PNUD.
Sin embargo, la misión tuvo que ser evacuada al poco tiempo de comenzar su visita a los albergues cuando el volcán erupcionó una vez más, produciendo un movimiento de ‘lahar’, un flujo de materiales volcánicos a altas temperaturas que puso de nuevo en peligro a la población.
“Alrededor de las 2 de la tarde se dio una erupción fuerte y se preveía que el lodo comenzara a llegar al centro de Escuintla. En ese momento, fue evacuada la misión y cerraron dos pasos importantes. No había acceso, había colapso en las carreteras, la gente estaba bastante desubicada, desconcertada, desesperada queriendo huir a pie y caminando en la carretera porque no había para dónde ir. Ha sido una situación bastante compleja”, describe Odeth.
La última erupción además hizo que se paralizaran las labores de rescate, que hasta el momento han confirmado el deceso de 75 personas, pero el número sigue aumentando.
“Ya se dio a conocer que hay 192 personas desaparecidas de las cuales se tiene un registro de los nombres, las edades y a que comunidades pertenecían. A esta hora el volcán de fuego continúa con actividad”, informa la analista del PNUD.