Hace un siglo las mujeres británicas conquistaron el derecho a voto después de años de lucha encabezada por las sufragistas, cuyas espectaculares acciones conmocionaron al país pero cambiaron el mundo.
El 6 de febrero de 1918 el parlamento británico adoptaba la «Ley de 1918 sobre la representación popular» que implicó que ocho millones de mujeres, de más 30 años, fueran sumadas a los registros electorales.
Hubo que esperar todavía diez años para que las mujeres lograran poder de votar a los 21, como lo hacían los hombres.
Entre las militantes que lucharon por este derecho, las sufragistas marcaron sus acciones por una violencia desconocida para la época, aunque su influencia sigue siendo hoy en día objeto de debate.
– Una ‘mártir’ –
Las sufragistas se encadenan a las vías del tren, rompen escaparates y sabotean líneas eléctricas. Incluso llegan a detonar una bomba en la casa de un ministro.
La fundadora del grupo, Emmeline Pankhurst, defendía esta estrategia.
Una de las acciones más espectaculares fue el suicidio de la militante Emily Davison, que se lanzó a las patas de un caballo que corría por el rey en el Derby de Epsom en 1913.
Cientos de militantes fueron apresadas y desde la cárcel realizaron una huelga de hambre.
Muchas fueron alimentadas a la fuerza, una práctica prohibida por una ley de 1913 que obliga a las autoridades a liberar a las prisioneras demasiado débiles. Una vez que se recuperaban un poco eran devueltas a la cárcel.
Emmeline Pankhurst por ejemplo fue encarcelada y liberada once veces.
Los opositores al derecho de voto femenino veían en estas tácticas muestras de irresponsabilidad y fragilidad emotiva de las mujeres.
En 1999, la revista Time colocó a Emmeline Pankhurst en su lista de las personalidades más influyentes del siglo XX.
«Ella modeló de una cierta forma la idea de la mujer contemporánea: cambió el orden social marcando un punto de inflexión», dijo entonces la revista.
«La campaña de las militantes era absolutamente esencial para hacer avanzar el voto», explicó a la AFP Krista Cowman, profesora de historia en la Universidad Lincoln en Reino Unido. «Antes de esto, hubo cincuenta años de campaña pacifista, en realidad, no sirvió para nada».
– En el resto del mundo –
Nueva Zelanda fue pionera en la materia aprobando el voto en 1893, seguida por Australia en 1902, Finlandia en 1906 y Noruega en 1913.
Después, siguieron una serie de países: la Unión Soviética en 1917, Alemania en 1918, Estados Unidos en 1920 y Uruguay en 1927.
Otros países como Francia debieron esperar hasta 1944 y las suizas recién pudieron ejercer el sufragio recién 1971, mientras que en los países del Golfo este derecho sigue siendo limitado.