Al analizar 350 ballenas de 19 poblaciones que quedan, el futuro que les espera no es alentador.
Al menos la mitad de las poblaciones mundiales de orcas que existen actualmente están condenadas a la extinción debido a la alta contaminación de los océanos, especialmente por el policloruro de bifenilo (PCB, en inglés). Así lo advierte una reciente publicación en la revista Science.
Debido a su alta toxicidad, los policlorobifenilos se consideraron uno de los doce contaminantes más nocivos fabricados por el ser humano y se dejaron de producir en 1977 en Estados Unidos y luego 1983 en Alemania. A través del Convenio de Estocolmo, en 2004, más de 90 países se comprometieron a eliminar el PCB de sus procesos industriales.
Sin embargo, estos compuestos no solo afectan el sistema endocrino de los animales, sino su sistema inmune, la reproducción, la función cerebral, e incluso puede provocarles cáncer. Para el caso particular de las orcas, luego de analizar 350 ballenas de las 19 grandes poblaciones que quedan, el futuro que les espera no es alentador.
A través de modelos de predicción a 100 años, científicos de la Universidad de Aarhus (Dinamarca), concluyeron que aunque estos mamíferos se enfrentan también a otras amenazas como la sobrepesca y la contaminación acústica, las concentraciones actuales de CPB podrían conducir a la desaparición de la mitad de las poblaciones mundiales de orcas de las áreas más contaminadas, en un período de tan solo 30 o 50 años.
Las más vulnerables son las poblaciones cercanas a Brasil, en las zonas transitorias de la costa oeste de América del Norte, islas Canarias, costa este de Groenlandia, Hawái, Japón, Estrecho de Gibraltar y el Reino Unido; mientras que las poblaciones de Noruega, Islandia, Canadá y las Islas Feroe, están mucho menos contaminadas.
«En más de la mitad de la población estudiada, los PCB estaban en niveles que afectaban negativamente al crecimiento poblacional y en ocho de las 19 poblaciones vimos un alto riesgo de colapso poblacional», dice Sinc Jean-Pierre Desforges, autor principal del estudio
Las poblaciones cercanas a áreas industrializadas y que se alimentan de presas de mayor tamaño tienen un alto riesgo de fracaso reproductivo y colapso poblacional a largo plazo.
Fuente / EL TIEMPO
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