Aunque todas estén unidas por el sufrimiento, el horror de las guerras deja diferentes tipos de víctimas. Los hijos nacidos de la violencia sexual son uno de ellos. A lo largo de su vida, afrontan el estigma y la discriminación. Intentar concienciar y mitigar los daños constituye los principales objetivos del Día Internacional para la Eliminación de la Violencia Sexual en los Conflictos.
Los campos de refugiados en Bangladesh ven nacer 60 rohinyás al día. Muchos nacen de las violacionesque sufrieron sus madres cuando estalló la violencia en el estado birmano de Rakhine. Es uno de los últimos ejemplos de la violencia sexual que se produce durante los conflictos.
Madres e hijos son víctimas de la guerra. Este año, para conmemorar del Día Internacional para la Eliminación de la Violencia Sexual en los Conflictos que se celebra cada 17 de junio, el foco de atención se centra en los niños.
“Los niños y niñas concebidos por violación en tiempo de guerra suelen tener problemas de identidad y pertenencia décadas después de que se han callado las armas”, asegura el Secretario General en un mensaje difundido con motivo de este día.
António Guterres señala que pueden quedar en un limbo jurídico o correr el riesgo de ser apátridas y caer presa del reclutamiento, la trata o la explotación, lo que trae consecuencias funestas para la paz y la seguridad, así como para los derechos humanos.
En una entrevista con Noticias ONU, el embajador de Argentina ante la ONU nos explica que los desafíos a los que se enfrentan estos niños nacidos de la guerra son “desgraciadamente, muchos”.
Los niños y niñas concebidos por violación en tiempo de guerra suelen tener problemas de identidad y pertenencia décadas después de que se han callado las armas.
“Los principales retos que afrontan son el estigma y la discriminación, y la falta de reconocimiento ante la ley y en sus comunidades. Los chicos nacidos en circunstancias de violencia sexual en conflictos armados también son víctimas. Usualmente son estigmatizados y marginalizados por sus propias familias y comunidades quienes muchas veces los consideran hijos del enemigo o ´mala sangre´”, explica Martín García Moritán.
El embajador, que preside uno de los actos que este año se celebran en la sede de la ONU como parte de la conmemoración del Día, señala que estos niños son alienados, lo que “se traduce frecuentemente en una falta de reconocimiento de la ley y en la negación de su identidad. Esto a su vez puede tener consecuencias nefastas e incluso letales.”