Más del 90% de la población mundial menor de 15 años respira un aire tan contaminado que pone en peligro su salud y desarrollo, explica un nuevo informe de la Organización Mundial de la Salud sobre los efectos de la contaminación atmosférica en los niños, especialmente en los países de ingresos bajos y medios.
Unos 1800 millones de niños respiran a diario un aire tóxico que puede causarles graves trastornos en su salud y desarrollo, advirtió la doctora María Neira, directora del Departamento de Salud Pública y Determinantes Ambientales de la OMS en la presentación del estudio en Ginebra.
“En este momento, más del noventa y tres por ciento de los niños del mundo están respirando un aire que es completamente tóxico y esto está afectando de una manera dramática su salud”, dijo la experta.
La OMS alertó que, en casos extremos de polución, ésta puede llegar a ser mortal: 600.000 niños menores de quince años murieron a causa de infecciones agudas de las vías respiratorias inferiores causadas por el aire contaminado el año 2016.
Neira indicó que otra de las importantes consecuencias de la contaminación se produce en las mujeres embarazadas ya que sufren un mayor riesgo de dar a luz prematuramente y tener hijos con tallas y peso inferiores a los normales.
“Además, una exposición al aire contaminado durante la gestación o después de ella, va a provocar que el cerebro del niño no se desarrolle de la manera que hubiera debido desarrollarse. Que haya un problema en el desarrollo, de las capacidades cognitivas y que ese niño tenga un pequeño retraso en su desarrollo neurológico.”
Además de afectar el desarrollo neurológico y la capacidad cognitiva, puede desencadenar asma y cáncer infantil y aumentar el riesgo de contraer enfermedades crónicas como las cardiovasculares.
El estudio destaca que los niños son especialmente vulnerables a los efectos de la polución ya que su ritmo respiratorio es más acelerado que el de los adultos y, por tanto, absorben más agentes contaminantes.
Los recién nacidos y los niños pequeños también son más susceptibles a la contaminación del aire en los hogares que utilizan regularmente combustibles y tecnologías contaminantes para cocinar, calentar e iluminar.