المجلس العالمي للتسامح والسلام

Diez claves para evitar el castigo físico a los niños

La Fundación Aznar ha diseñado diez maneras de evitar el castigo físico de niños y niñas, y así evitar que los infantes adopten una conducta donde la violencia sea necesaria para conseguir un fin.

“Tras azotar o gritar a un niño, a los padres, por lo general, les suele asaltar un sentimiento de culpa, que después se esfuerzan en cambiarlo para autojustificarse que tenían que hacerlo (pegar al niño) para que aprenda”, sostiene Benjamín Ballesteros, doctor en Psicología Clínica y director de programas de la Fundación Anar.

Para ayudar a los padres en esta labor de una educación sin violencia, recomiendan tomar notas de los siguientes consejos:

El principal es dedicarles tiempo a sus hijos, El tiempo que paséis hablando con ellos o compartiendo sus juegos, es un regalo para todos y es importante hacerlo desde edades tempranas.

También es necesario que ambos padres se pongan de acuerdo en cuanto a las normas, límites y consecuencia de las acciones que van a emprender con respecto a la corrección; la idea es que ellos crezcan positivamente y para eso es necesario que en las familias se adopten normas que cumplir y límites que respetar.

Adapta las normas y límites a su edad. Sobre todo en la adolescencia.

Escúchalos Si ha quebrantado alguna norma o se ha saltado algún límite, antes de aplicar las consecuencias a ese comportamiento, escucha sus razones.

Usar el castigo físico como método para educar es perjudicial en todos los niveles de desarrollo; Además, puede generar a largo plazo dificultades en las relaciones con los demás y alteraciones en la salud mental.

Sed coherentes en la aplicación de consecuencias.

Recuerda que eres el ejemplo para tus hijos. Si son violentos con ellos a la hora de educarles, les están enseñando un modelo agresivo de resolver conflictos que les traerá muchas dificultades en su vida adulta, ya que pueden reproducirlo.

Antes de actuar por impulso, detente a pensar. Es necesario saber identificar las señales que te avisan que te estás alterando.

Llevar una vida sana, favorece la salud emocional.

Busca ayuda profesional. Es posible que las circunstancias y vivencias que hayas tenido a lo largo de vuestra vida, influyan en la manera de establecer relaciones y te dificulten la convivencia familiar.

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