Un nuevo informe de la Agencia de la ONU para los Refugiados (ACNUR) destaca que se ha incrementado la proporción de fallecidos. También solicita un enfoque regional que sirva para gestionar las labores de rescate y desembarco de personas cuyas vidas estén en peligro.
Durante este año han fallecido o desaparecido 1600 personas mientras intentaban cruzar el mar Mediterráneo con el objetivo de llegar a Europa, según se desprende del último informe publicado por la Agencia de la ONU para los Refugiados (ACNUR).
El estudio “Travesías peligrosas” destaca que, pese a producirse un descenso en el número de personas que realizan esa travesía, la tasa de mortalidad se ha incrementado notoriamente este año respecto al anterior.
Según las cifras aportadas por ACNUR, entre enero y julio de 2018 falleció uno de cada dieciocho personas que intentaron cruzar el mediterráneo, mientras que en 2017 la cifra era de una por cada cuarenta y dos.
La directora de la Oficina de ACNUR en Europa, Pascale Moreau indicó que el estudio “confirma que el Mediterráneo es uno de los puntos marítimos de cruce más mortíferos del mundo”, dijo.
Añadió que con la reducción el número de llegadas a las costas europeas “ya no se trata de si Europa puede hacer frente a las cifras, sino de si puede demostrar humanidad suficiente para salvar vidas”.
En su afán para proteger las vidas de los migrantes en el mediterráneo, ACNUR y la Organización Internacional para las Migraciones (OIM) han solicitado recientemente un enfoque regional que sirva para gestionar las labores de rescate y desembarco de personas cuyas vidas estén en peligro.
Del mismo modo, instaron a aumentar las “vías legales y seguras de entrada para refugiados”, entre las que se incluye el incremento de plazas de reasentamiento y suprimir las trabas para que se produzcan durante las reunificaciones familiares.
Homenaje de Khaled Hosseini a las vícitmas
Por otro lado, el escritor y embajador de buena voluntad ACNUR, Khaled Hosseini, ha publicado un libro ilustrado titulado “Súplica al mar”, dedicado a los miles de refugiados que huyen de la guerra, la violencia y la persecución.
Hosseini rememoró la imagen publicada hace tres años del cuerpo sin vida del niño sirio Alan Kurdi y destacó que la fotografía le rompió el corazón “en mil pedazos”.
“Sin embargo, tres años después y a pesar de que miles de personas más han perdido sus vidas en el mar, nuestra memoria colectiva y la urgencia para hacer las cosas mejor parecen haberse desvanecido”, declaró.
El escritor estuvo en el Líbano e Italia durante los meses de junio y julio donde fue partícipe de la tragedia humanitaria de las personas que emprenden esta travesía.
“En Sicilia visité un solitario y descuidado cementerio lleno de tumbas sin nombre, muchas de niños, de gente que se había ahogado en los últimos años en viajes similares al que hizo Alan”, detalló.