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BOGOTA: Aunque Distrito dice que hay menos habitantes de calle, ONG no le creen

Luego de siete años, un nuevo censo de esta población indica que la cifra cayó de 9.614 a 9.538. Distrito dice, que todo ha sido gracias a su trabajo de atención. Mientras que organizaciones sociales afirman que el conteo se quedó corto porque la cifra es muy más alta.

El canal de la calle sexta, bajo la estación de Transmilenio de Guatoque-Veraguas, es uno de los puntos de mayor concentración de esta población vulnerable, tras el operativo que dio fin al Bronx.

Casi dos años después de la operación que le puso fin a la calle del Bronx, en el centro de Bogotá, las quejas de la ciudadanía se enfocaron en la dispersión de los “inquilinos” de ese temible sector por toda la ciudad, con mayor concentración en los barrios aledaños y en el canal de la calle sexta con carrera 30, bajo la estación de Transmilenio de Guatoque-Veraguas. A pesar de las denuncias de transeúntes, residentes y comerciantes, que insistían en que esta situación aumentaba la percepción de inseguridad, para el Distrito no era fácil diseñar una estrategia para atender el problema, ya que el último censo oficial era de 2011 y los datos de esta población estaban desactualizados.

Para llenar este vacío, y luego de una recolección de datos que duró dos semanas (entre el 27 de octubre y el 8 noviembre de 2017), la Secretaría de Integración Social y el DANE presentaron el censo de habitantes de calle de Bogotá, que tuvo una inversión de $1.085 millones y en el que, de entrada, no hay variaciones significativas. El censo de 2011 arrojó que en la ciudad había 9.614 personas en condición de indigencia. El reciente estudio indica que ahora son 9.538 (8.477 hombres y 1.061 mujeres).

Pero ¿cómo en siete años, los de mayor actividad en el Bronx, se redujo la cifra de esta población vulnerable? El Distrito lo explica con cifras globales. Según la Secretaría de Integración Social, en 2017 eran 11.487 habitantes de calle, de los cuales 2.125 se vincularon a los programas de atención que ofrece la administración en sus 15 centros de acogida.

“En 2017, el sector social (Secretaría Social e Idipron) atendió a más de 11.400 personas que habitan las calles. De estos, casi un 20 % entraron a nuestros procesos de rehabilitación, de los cuales 404 ya salieron y están reconstruyendo sus vidas. Actualmente hay 1.030 que están en la mitad del proceso y esperamos que en unos meses puedan tener una nueva vida”, explicó la secretaria de Integración Social, Cristina Vélez.

El censo arrojó otras particularidades de esta población, como su promedio de edad (38,5 años); el porcentaje que usa drogas frecuentemente (90,4 %); la cifra de quienes llevan más de seis años en esa condición (68 %); la tasa de personas que saben leer y escribir (91,4 %), y las causas de la habitabilidad en calle: en un 38,3 % fue por la drogadicción y en un 32,7 %, por conflictos familiares.

ONG: Los números no cuadran

En la otra orilla del censo están las personas que durante varios años han colaborado para que, en la medida de lo posible, esta población tenga una calidad de vida digna. Se trata de las organizaciones sociales que una o dos veces por semana van hasta los cambuches, puentes, drenajes, espacios públicos y zonas verdes donde se suelen concentrar los callejeros, para brindarles algo de comer, medicinas y ropa.

Para ellos, no es posible que esa sea la cifra actual y aseguran que, según sus cálculos, estaría por encima de los 13.000 habitantes de calle. Además, debido a su cercanía con esta población, que les permite ingresar sin problema a sus sitios de concentración como el caño de la calle sexta, dicen que muchos les han reportado que jamás recibieron una visita con el objetivo de censarlos.

“Fue un censo hecho en menos de 15 días y esos números no nos cuadran. Es como si no hubiera llegado ningún habitante de calle desde 2011 y hay procesos de migración y desplazamiento que han aumentado el fenómeno. Por eso calculamos que hay cerca de 13.000 habitantes de calle. Nos preocupa mucho que el Distrito, a pesar de conocer que somos una red que trabaja con los habitantes de calle, nunca nos dejó participar ni siquiera en la formulación de las preguntas que les hicieron. Tenemos muchos testimonios que nos manifiestan que nunca han sido censados”, dice el sacerdote fray Gabriel Gutiérrez, conocido como «fray Ñero», quien integra la Red de Trabajo de Habitabilidad en Calle.

Más allá de la polémica, tener un dato sobre la cantidad de habitantes de calle en la ciudad era una tarea pendiente, pues se venía haciendo cada tres o cuatro años. Ahora, con esta cifra, el Distrito podrá focalizar la caracterización, por ejemplo, de los nuevos cinco centros que espera crear para atenderlos mejor.

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