ACNUR ha denunciado las condiciones «miserables» de los albergues a los que llegan las familias exhaustas tras meses soportando los bombardeos sobre su ciudad.
“Las necesidades son abrumadoras y crecen por horas. Hay riesgos para la salud muy graves. La gente tiene que hacer cola durante horas para usar le baño y la mayoría de los albergues no tienen luz», decía el portavoz en Ginebra, Andrej Mahecic.
La ONU no forma parte de los acuerdos de evacuación que han hecho las partes enfrentadas, pero sí entrega ayuda de emergencia en los albergues.
En el noroeste del país, en Afrin, 20.000 sirios han huido de los combates y se refugian en localidades cercanas, pero todavía quedan 1000.000 personas atrapadas.
Y la mitad de ellos son niños, según las estimaciones de UNICEF. Su portavoz en Ginebra ha dicho que los combates impiden llevar ayuda. «Desde el 6 de marzo, la gente de la ciudad de Afrin ha sufrido cortes de agua porque los combates dañaron las fuentes. Los camiones cisterna de UNICEF también han tenido que dejar de entregar agua por la escalada de la violencia», aseguró.