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EL CAMBIO CLIMÁTICO Y LAS GUERRAS EN MUCHOS PAÍSES NO SON UNA COINCIDENCIA

El cambio climático está indisolublemente vinculado a algunos de los desafíos de seguridad más urgentes de nuestro tiempo; por ese motivo los estudios de impacto climático deben ser considerados como alertas tempranas para la prevención de los conflictos.

En una reunión del Consejo de Seguridad sobre cómo comprender y abordar los riesgos que el cambio climático suscita a la seguridad mundial, la vicesecretaria general de la ONU aseguró que “no es una coincidencia que los más países más vulnerables al cambio climático sean los que más a menudo son vulnerables al conflicto y la fragilidad”.

Los estados débiles están en peligro de quedar atascados en un ciclo de conflicto y desastre climático, según Amina Mohamed que señaló que cuando la resiliencia “se erosiona”, las poblaciones pueden ser desplazadas y expuestas a la explotación.

La número dos de la ONU puso como ejemplo los países que están en la cuenca del Lago Chad y que visitó días atrás.
“La drástica reducción del lago Chad en más del 90% desde la década de 1960 ha llevado a la degradación del medio ambiente, la marginación socioeconómica y la inseguridad que afecta a 45 millones de personas. La competencia exacerbada sobre los escasos recursos y el círculo vicioso de riesgo y vulnerabilidad han disminuido la resiliencia de las poblaciones para hacer frente a las crisis humanitarias”, explicó.

Según la vicesecretaria general, la disminución de la actividad económica y la pérdida agrícola han llevado a una falta de oportunidades de empleo en toda la región y la marginación socioeconómica resultante ha sido un caldo de cultivo para el reclutamiento, en particular de jóvenes, por grupos como Boko Haram.

Al mismo tiempo, la insurgencia de Boko Haram en el noreste de Nigeria y los países vecinos de Camerún, Chad y Níger ha dejado más de 10 millones de personas desplazadas y ha provocado la destrucción masiva de infraestructura básica, instalaciones educativas y de salud, edificios comerciales, casas privadas y bienes agrícolas.

La lección de este ejemplo es que el cambio climático debe entenderse como un problema en una red de factores que pueden conducir a conflictos: “Dentro de esta red, el cambio climático actúa como un multiplicador de amenazas, aplicando un énfasis adicional en los puntos de presión políticos, sociales y económicos imperantes”.

Mohamed recordó que, durante los últimos 18 meses, el Consejo de Seguridad ha reconocido los efectos adversos del cambio climático sobre la estabilidad en varias áreas geográficas: la cuenca del lago Chad, África occidental, el Sahel y el Cuerno de África, mientras el sistema de las Naciones Unidas están haciendo reforzando la capacidad para para comprender el impacto del cambio climático en la seguridad y mejorar así la coordinación de los esfuerzos internacionales.

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